No todos dan el paso y se ocultan tras sus pliegues, saben del humo que dejaron los salvajes, de la peste que se huele en el ambiente. Los sepulta la visión del regreso sangriento, procesan lentamente el alimento con la fuerza trituradora de otras eras.
viernes, 29 de julio de 2011
martes, 19 de julio de 2011
Esteno y su fervor (Ofidiogramas)
DACTILOSCOPIA
Chistes y chanzas flotan en el ambiente, el pequeño hombre grande está ahí, sentado a mi lado intentando mostrar su alma…
Él, no pensaba contener la fuerza magna de la seducción que aflora pensamientos admitidos por el contacto, y un pequeño líquido lo descubre ante mí... Sus manos suaves se dejan tentar y la risa nerviosa extasía el instante. Poderío, masculinidad evaporando desde sus entrañas, voluptuosidad, delicadeza femenina en las manos de un hombre que inspira respeto.
Pensar en ellas, con su color caramelo y sus uñas delineadas que las enmarcan en el cuadro hermoso de la noche. Dactiloscopia que ‘huellea’ mis manos y le dan rienda suelta a la caricia sensual que provoca movimientos delicados y vírgenes al esparcir con las pequeñas espátulas humanas trasmisoras de mi esencia.
Lentamente, y sin dejar espacios de pieles unidas en un juego, resultan traduciendo la simpleza erógena de la satisfacción tántrica en el cerebro afemino e inquieto… un simple mortal que juega a ser y se derrite.
Y la creatividad mental fluye, imagina esas manos bajo su camisa ‘dactiloscopiando’ frenesí en su espalda y se encienden las imágenes que guarda aquel hombre en sus recuerdos pero que se trasmitan con el sólo hecho de posarse allí, sin moverse, sólo puestas, ahí nada más; pero que calientan el ambiente de la soledad pensante de la mujer ruda y decidida, que ya no.
Instrumentos inmensos que comienzan su recorrido humeante por las siluetas cóncavas de la minúscula corporalidad, y tiembla pensando, piensa temblando del miedo que esta sensación le produce… su salivar lento, le recuerda la habilidad de palpar la inhóspita sensación en su exterior que se carga de castraciones frágiles e insospechadas.
Dudosamente, baja un poco más sin saber que pasará, pero se da cuenta que circunda el esferismo posterior, y siente… acelerándose el palpitar brota su miedo, pues no recuerda cuando tuvo la última experiencia de sólo tocar sin dejar que la rigidez afane los procesos del macho que lo habita.
Delineación lateral, frontal y trasera, erotismo de dos, mente de uno, sólo placidez, nada de atracción, emergencia ante la perdida del mejor de los sentidos… redescubrimiento de la herramienta carnal más importante… sólo eso, un sueño que plantea una broma, pero con verdades que detonan la necesidad de pensar y encontrar su atracción.
Ese es… el punto G no está dentro ti. Está dactiloscopiando..
Chistes y chanzas flotan en el ambiente, el pequeño hombre grande está ahí, sentado a mi lado intentando mostrar su alma…
Él, no pensaba contener la fuerza magna de la seducción que aflora pensamientos admitidos por el contacto, y un pequeño líquido lo descubre ante mí... Sus manos suaves se dejan tentar y la risa nerviosa extasía el instante. Poderío, masculinidad evaporando desde sus entrañas, voluptuosidad, delicadeza femenina en las manos de un hombre que inspira respeto.
Pensar en ellas, con su color caramelo y sus uñas delineadas que las enmarcan en el cuadro hermoso de la noche. Dactiloscopia que ‘huellea’ mis manos y le dan rienda suelta a la caricia sensual que provoca movimientos delicados y vírgenes al esparcir con las pequeñas espátulas humanas trasmisoras de mi esencia.
Lentamente, y sin dejar espacios de pieles unidas en un juego, resultan traduciendo la simpleza erógena de la satisfacción tántrica en el cerebro afemino e inquieto… un simple mortal que juega a ser y se derrite.
Y la creatividad mental fluye, imagina esas manos bajo su camisa ‘dactiloscopiando’ frenesí en su espalda y se encienden las imágenes que guarda aquel hombre en sus recuerdos pero que se trasmitan con el sólo hecho de posarse allí, sin moverse, sólo puestas, ahí nada más; pero que calientan el ambiente de la soledad pensante de la mujer ruda y decidida, que ya no.
Instrumentos inmensos que comienzan su recorrido humeante por las siluetas cóncavas de la minúscula corporalidad, y tiembla pensando, piensa temblando del miedo que esta sensación le produce… su salivar lento, le recuerda la habilidad de palpar la inhóspita sensación en su exterior que se carga de castraciones frágiles e insospechadas.
Dudosamente, baja un poco más sin saber que pasará, pero se da cuenta que circunda el esferismo posterior, y siente… acelerándose el palpitar brota su miedo, pues no recuerda cuando tuvo la última experiencia de sólo tocar sin dejar que la rigidez afane los procesos del macho que lo habita.
Delineación lateral, frontal y trasera, erotismo de dos, mente de uno, sólo placidez, nada de atracción, emergencia ante la perdida del mejor de los sentidos… redescubrimiento de la herramienta carnal más importante… sólo eso, un sueño que plantea una broma, pero con verdades que detonan la necesidad de pensar y encontrar su atracción.
Ese es… el punto G no está dentro ti. Está dactiloscopiando..
KENYA
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