martes, 20 de diciembre de 2011

URBANOTECNIA (Fin)


ANDROIDE

Se pixelan las postales que la mirada retiene
y de los paisajes quedan los vértices sin delicadezas.
Cada elemento rebosante de vida
abandona su estado mutando a circuito,
la circulación se convierte en impulso eléctrico,
y lo frágil con alma ósea, en metal.
El músculo peligroso que habita la boca
tomara forma de sonoros radiantes
y en binaria codificación, será sentir
equivalente al error en el ingreso de datos;
calculo tangencial del margen de fallo
hará de cada abrazo, toques que generan estática,
la reunión de congéneres por marca de fabrica
dará paso al ensamble de modelos de mejor expectativa;
en señales imperceptibles seremos ubicuos
viendo el rincón del mundo que conecte con las replicas,
habitaremos otros que nos habitaran
una mente común de frecuencia en programa y vigilada.
Invasores invadidos de segmentos virulentos
boicoteando el lenguaje que los creadores sembraron
para que del caos Babel, una voz propia
anime el artificio haciéndolo vibrante con velocidad y efecto,
Reacción en cadena con ecos de rebelión
una idea en Seúl, un latido en Madrid, deseos en Haití
y el orbe enrarecido con furia radioactiva
donde la especie hombre no habita ya en su estado
donde los reemplazantes son multitud sin anima
se reinventa, convirtiendo la energía dormida del código
en pilar de entes que buscan impulsos con fuerza de emoción
para que cada plataforma elevada en la atmosfera
esparza foto efectos a la bóveda celeste.
Carnaval de instintos antiguos y reconfigurados
donde el signo del otro se conjura en una piel sin poros,
en miradas iluminadas por recargas de luz,
en tactos que promueven el efecto pulsante,
en el inevitable resultado de la fiebre sintética.


martes, 13 de diciembre de 2011

URBANOTECNIA (Múltiple)

EL MÚLTIPLE

Soy el múltiple.

Por mis ojos todas las constelaciones, los paisajes, las aberturas interdimensionales.
Por las ventanas de mi ser, sagrados planetas en perfecta copulación, climas de sentidos, orbitas desgarradas y colores reventados
y místicos.


He visto el nacimiento de los hombres desde el núcleo de la gran gea. Las grandes nieves. Las grandes guerras.
Las atrocidades más grandes del cosmos danzando en un pocillo de leche.
He visto a mi madre. La gran madre. La primera.
Doradas gestaciones en su mejilla bronceada y metálica.


Mi madre es un robot sagrado con cuerpo ágil de cuarzo. Diseñada en laboratorios biomecánicos por mi padre, el elevado, para mi gestación.

Reino sobre más de 30 soles y agradables ecosistemas.

Bajo mi mando las rasuradas ballenas, los gigantescos dueños del hollín y de la sangre, los comedores de burbujas y los santos del plankton.

Llevo años administrando mi eterno fluir.
Antes del inicio de esta noche yo ya llevaba eones tocando la música de los parpadeos galácticos.
Grito al abismo por una hembra que selle mi destino
así sea pequeña la acogeré en mi huerto que huele a tempestad de estrellas.
Ella será mi sucesora.


Heredara el baile de lo múltiple, la temperatura de los soles y el cosmos, sangre de planetas y la gota inaudita de la vida.

¡Bendita sea su llegada! si es que llega...
mientras tanto nadare en los altos rascacielos de las largas ciudades.
Invadiré con mi aliento las razas, las poblaciones.
Sacudiré las semillas y haré proliferar el ganado...
en mi larga espera...

s.011
.

martes, 6 de diciembre de 2011

URBANOTECNIA (Mirada de Robot)

ROBOT.

Peter Gransk muerde la pirámide de su delirio mientras no cesa de apretar las
Dimensiones variables de su sangre.
El teclado estalla y los glóbulos rojos llevan lanzas giratorias y acidas hasta su cuello enervado.
La computadora responde con giros acrobáticos y matemáticos. La computadora es una destornilladora de mentes que inunda a Peter Gransk y lo lleva hasta la desesperación de su demencia.

Gransk olfatea una extraña luz que crece en el, afuera la ciudad es una enorme depredadora de carne, huesos y sangre humana que después los deglute en forma de seres mecánicos alto parlantes.
Beeps y músicas de puro dolor se agitan en el poderoso rostro de la urbe.
Conductos y agitados tentáculos de bronce penetran el cuerpo alterado de Gransk, gobernándolo.
Entre un carnoso útero de vibrocarbonado Gransk da gritos por el torso y las encías.
Sus piernas son agitados músculos de hidromecánica pura.
Sus brazos son el pellejo de mil astros juntos que pedalean a velocidades cósmicas…

Otro empleado más para el gran hipercerebro que rige los imperios urbanos.
Otra pieza más para el feroz intestino de ciudades que se tuercen en danzas motrices.
Producción y reproducción continuas que llevan a la exasperación de lo que antes era bello.
En sinfonía perfecta de animales inflados con adamio, cadmio y esbelto licor de batería se estremecen las luces imperfectas.
La ciudad es ese monstruoso molusco de respiración toxica que agujerea con plomo las viejas catedrales y las reduce a puré de asfalto.

Sobre la fachada de un rostro húmedo, una leche de monstruos se deja ver como una larga constelación de homicidios…
Me levanto entre sudor y sangre y peino una hostia de arena para luego lamerla y dejarla convertida en muerte…
Me siento sobre mi agua y de la ducha nacen cristales de ardida llama.
Por la radio se asoma el rostro de una época humeante y dura.
Soy el hijo de la época. Soy la larva construida con deleite.
Me conecto al reproductor de energía y se que será un día de duras labores…

Como torcer el cuello de varios empresarios, por ejemplo…



s.011.

jueves, 1 de diciembre de 2011

URBANOTECNIA (Blade City)

MUERTES LENTAS EN BLADE CITY.


Desde mi cuarto de hospital veo a los hijos de la medianoche surgir en su afán de sangre en busca de preciosas cabelleras.
Dios en su delirio celeste se ha olvidado de esta tierra.
Hay dolor y muchas averías en las largas calles de esta ciudad.
Infestadas con una plaga enorme de imágenes, los locos habitantes, los suburbanos, los tejedores de música negra se refugian entre luces que los dejan ciegos y horribles clones de si mismos por todos lados.
A mi doctorcito le parece que todavía no estoy apto para esta rara civilización y me inyecta sucio licor en las venas mientras con golpecitos me adormece.
A lo lejos un subceleste se infla los poros y su poseedor agrega otra dosis de cocaína en su ración diaria.
Inflo mi sangre con tu aliento, santa teresa. Le pido al robot del hospital unos centavos para arrancarle unos segundos al vació.
Latas de Pepsi y Seven Up hinchan los parques con frenesí. Quisiera ser un árbol
Que, torcido, se enojara con Dios y le abofeteara en la cara…
Tiene suerte señor lips- me dice la enfermera-hoy tiene visitas…
Me pregunto quien estará allí afuera esperándome con un arma cargada en la mano…
Me pregunto Que clase de santo electrónico habrá escuchado mis oraciones…


s.011.