viernes, 9 de enero de 2009

humanopteros heridos

FAUCES

El silencio, la distancia, la metamorfosis de los sentimientos
un obscuro rayo de luz que atormenta y afirma las sombras
como un salto de fe sin esperanza alguna
se sumergen nuestras anatomías en las fauces del latido
clama a los dioses imaginarios por la serenidad del suspiro
rodea con tus posibilidades a las bestias deseosas
y cuando ya no queden restos revienta al universo
con un delicado grito de placer.
Veras a las gélidas almas apaciguarse
a los potros de la desesperación deteniéndose
al clima de tus entrañas colapsando
puro éter propagándose en el pensamiento.
Nombrándote principio redimido ya no hay retiro
y tal como usurpaste tus articulaciones
correrás por la arena azul de tus contactos
buscando la resaca seminal.
El deterioro convertirá tu cuerpo en arma fatal
que al clavarse humedece las manos y los ojos.
Seguimos respirando es seguro
que alguien escucha la ingravidez roja
de estos golpes que tanto disfrutamos.