jueves, 24 de diciembre de 2009

La puta de Babilonia

Atenaza la piel con partituras electrónicas
para estimular las glándulas mamarias
y proveer de alimento al inapetente.

Se reviste de aromas nitrogenitos e inflamables
incendiando las extremidades del amante
elongandolo en las curvas de su cuerpo
para fragmentarlo en sentimientos fingidos.

Suturando con los labios frases elaboradas
aplicando presión con la boca en cada vértebra
esperando la sonrisa del occiso
aclarando con sus pies la huella que castiga.

Tragara entero como si de agua se tratara
confirmando su apetito que no tiene limites
y su sombra se proyectara a pleno sol.

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