En el fondo de este mundo que fue nuestro.
Las espinas atraviesan la mirada
que fue nuestra razón en letanía
y sordos los cristales asesinan
las mudas disfunciones de las cosas.
Semejante a un cristal duerme el deseo
el desespero es un rayo que te entrega
razones en su luz y en su tristeza.
Amargos son los tiempos y las cosas
me bebo mi café de un segundo
lucho contra fantasmas anhelados
y sacrifico al sol mis últimos reproches.
3
Sacrifico al dios impúdico
mis últimas latas de esperanza
amarro por el cuello a la memoria,
al perro fiel que ha sido mi testigo.
La rutina se traga los espejos
y los televisores y las armas,
embisto a una mujer en medio de la nada
y hablo con los amigos de principios.
A la vuelta del adiós está el deseo
desnudo sobrevive en el incendio,
dibujado en la ceniza de esta noche.
GATOCÓNDOR 010
No hay comentarios:
Publicar un comentario