Pobre mortal, abandonado a una vida, condenado al azar de su destino...
no tienes alas pero por zapatos dos pequeños feretros,
mides el tiempo que no te pertenece,
usas piel sintética y te escondes tras cuerpos ajenos,
hablas lenguas extrañas armando puentes que te separan un poco mas,
vas perfeccionando la defectuosa existencia,
pecando para encontrar el indulto de los dioses perdidos,
buscando la luz al otro lado del silencio,
persigues los utopicos sueños
y las quimeras de las nubes para saciar tu sed de infinito.
Valeria García
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